Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






domingo, 12 de julio de 2009

SUELE PASAR

Cuando uno piensa que le gusta algo, se instala en eso y no quiere a veces ver más allá de sus narices.
Esto lo digo porque en arte, ─llámese pintura, música, escultura, danza, literatura─ parece que estamos casados con una corriente artística y luego no queremos ver más allá.
Haciendo un trabajo sobre Historia del Arte, que le llevó muchas horas a una maestra vecina mía, ella descubrió que sus gustos en esta rama estaban bastante limitados. Y eso que se consideraba una estudiosa en ciertas ramas de la pintura y con una mente abierta a todo.
Me platicó que el azar la llevó por ese camino: ella no estudió Historia del Arte, pero ante una tentadora oferta de trabajo se metió a estudiar para poder cumplir con su cometido. Y en ese caminar se encontró con las corrientes manierista y barroca de la pintura, de las cuales quedó prendada. Y aunque seguía estudiando, siempre regresaba a estas corrientes. No se hizo especialista, simplemente se hizo admiradora de Tintoreto, Holbein, Tiziano; Ribera, Velázquez; de Vermeer, de Rubens
Me platicó que le gustaba leer sobre ellos. Que le gustaba mirar los cuadros, aunque no entendiera muchas veces la técnica puesto que le gustaban simplemente los usos del color, de las profundiades, del claroscuro, de los contrastes de luz.
Pero, como escribía yo un poco más arriba, ante la necesidad de estar preparada para su nuevo trabajo, se metió a leer y a ver más sobre otras corrientes. Y descubrió la pintura moderna, la del siglo XX, la escultura y la arquitectura posterior a la Primera Guerra y los grupos de ruptura que aparecieron en ese entorno histórico. Y empezó también a oir música del periodo. Y también, me dijo, empezó a ver algo sobre Diseño Industrial. Y su sorpresa fue mayúscula.
Hoy, me comenta, se atreve a investigar sobre las nuevas tendencias y me ha mostrado una serie de imágenes (reproducciones y recortes de revistas) sobre sus "descubrimientos".
Veo a esta maestra muy contenta con sus hallazgos. Le ha hecho feliz encontrar colores, trazos, ideas nuevas y al mismo tiempo ha reafirmado su admiración en los clásicos (así llama ella a aquéllos que ya le gustaban) y lee más y comunica sus impresiones.

Hoy, ella me envió un par de imágenes de sus descubrimientos:






Una pintura de Wassily Kandinsky,ruso que al salir de su natal país e irse de maestro a la Bauhaus en la República de Weimar, explora con materiales y colores.









Y una casa diseñada por el arquitecto Frank Lloyd Wright, que se inscribe dentro del movimiento llamado "Organicismo" en la arquitectura.




Yo le agradecí su envío y, al mismo tiempo, me he puesto a buscar y a leer un poco más sobre esto. Y la verdad, he descubierto cosas maravillosas.
Suele pasar, que nos encerramos en lo conocido y nos negamos, muchas veces por comodidad a explorar los nuevos rumbos.
(O como diría mi prima, "nos negamos salir de nuestra zona de confort").

1 comentario:

Al6665 dijo...

Algo en extremo común, nos gusta un estilo y ahí nos quedamos, igual pasa con lo que nos "desagrada" nos negamos a darle oportunidad, lo veo muy seguido en una de mis mayores aficiones, la música y en una de las respuestas más comunes a la clásica, yo:¿de cuál te gusta?
otro:"de TODA"
yo: excelente la opera, el punk..etc.
otro: hay no guacala, la opera me aburre, el punk es puro ruido...

Permitamos conocer y probar de todo, seguro que nos estamos perdiendo de cosas maravillosas