Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






jueves, 31 de octubre de 2013

LIBROS PROHIBIDOS

Cuando leí en el Rincón del Bibliotecario el título de  "Libros que no pueden leerse" recordé que alguna vez me dejaron leer Juan Pérez Jolote. Y ahí  estaba yo lee y lee. No recuerdo si adelanté mucho o poco. El caso es que dejé el libro ahí, y cuando regresé, ya no estaba. El libro había desaparecido. ¿Por arte de magia? No, no creo. Pienso que alguien lo tomó y se le llevó, lo escondió, lo tiró, o definitivamente lo leyó. Y le gustó tanto, que no me lo devolvió.
Pero todo esto viene a cuento porque hay personas o instituciones que se erigen en jueces de lo que sí y lo que no debe leerse.
Enlisto los libros que no se han podido leer en el transcurso de la historia:
 Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift
Don Quijote de Cervantes 
Las aventuras de Sherlock Holmes, de sir Arthur Conan Doyle
Sin novedad en el frente, de Erich Maria Remarque
Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll
Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway
Oliver Twist, la famosa obra de Charles Dickens
Bury My Heart at Wounded Knee (Entierra mi corazón en Wounded Knee), de Dee Brown,
El Diccionario Americano de la Herencia
Ordinary People (Gente común), de Judith Guests
 Doris Day: Her Own Story (Doris Day: su propia historia)
Diario de Ana Frank
Budismo Zen: Escritos selectos, compilados por D. T. Suzuki
Estoy muy sorprendida de esta lista. Pero si uno quiere saber más, pues hay que leer la entrada sobre los libros que no se pueden leer

jueves, 24 de octubre de 2013

LO SORPRENDENTE DE UN LIBRO

Llegó a mi correo esto que escribió Carl Sagan:
 
 "Qué cosa más sorprendente es un libro. Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en los que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero, cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años. A través del Tiempo, un autor habla claro y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del Tiempo. Un libro es la prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione."





Quien lo mandó, no cita la fuente (o sea, el escrito en donde Sagan hace esta referencia)
No importa, por ahora.

Lo transcribo porque justamente estoy volviendo a leer de Sagan "El Mundo y sus Demonios. (La ciencia como una luz en la oscuridad)". Este libro intenta que el lector se vuelva crítico sobre lo que ve, lo que le cuentan, lo que cree, lo que se afirma como cierto. Habla sobre la ciencia y la pseudociencia. Y habla también sobre lo ignorantes que somos en este mundo tecnologizado, este mundo tan lleno de información a la mano. Y habla sobre supersticiones e irracionalismos.
Y justamente he pensado en cuántas supersticiones hay en mi entorno. Cuántos irracionalismos y qué poca crítica hacemos a este mundo que nos rodea y lo aceptamos así sin hacer nada, al menos para mejorar el entorno propio.








jueves, 10 de octubre de 2013

9. EL DERECHO A LEER EN VOZ ALTA

En mi entrada del 28 de noviembre de 2011 escribí los Derechos del Lector.
Recuerdo que me llamó mucho la atención encontrar estos derechos, ahora que tan de moda está hablar de ellos. (¡Ojalá y estuviera tan de moda respetarlos!).
Pero ése no es el asunto de esta entrada.
El asunto se refiere a que leyendo por ahí, me encontré una serie de comentarios en torno a estos derechos.
Adjunto la dirección
http://antibestseller.wikispaces.com/file/view/derechos+del+lector.pdf
porque pienso que vale la pena leer todos los comentarios.
Hoy solamente quiero una pequeña parte del Derecho No. 9 porque me pareció maravilloso que "las palabras pudieran lanzarse a existir fuera de...."

"Le pregunto:
—¿Te leían cuentos en voz alta cuando eras pequeña?
Ella me contesta:
—Nunca. Mi padre estaba a menudo de viaje y mi madre demasiado ocupada.
Le pregunto: 
—¿Entonces de dónde te viene ese gusto por la lectura en voz alta?Me contesta:
—De la escuela.
Feliz de oír que por fin alguien le reconoce algún mérito a la escuela, exclamó alegre:
—¡Ah, lo ves!
Ella me dice:
—En absoluto. La escuela nos prohibía la lectura en voz alta: La lectura silenciosa era ya el
credo en mi época. Directo del ojo al cerebro. Transcripción instantánea. Rapidez, eficacia.
Con una prueba de comprensión cada diez líneas. La religión del análisis y el comentario
desde el principio. La mayoría de los muchachos reventaban de miedo, y ése no era sino el
comienzo. Todas mis respuestas eran correctas, si quieres saberlo, pero apenas volvía a
casa releía todo en voz alta.
—¿Por qué?
—Para maravillarme. Las palabras pronunciadas se lanzaban a existir fuera de mí, vivían
de verdad..."

Nunca lo había pensado.
Las palabras son nuestras porque las decimos, la pronunciamos, las escribimos, las pensamos. Y así se quedan, como nuestras. No había pensado en que las palabras tuvieran vida propia.
No lo había pensado....