Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






jueves, 3 de abril de 2008

UNICORNIO (1)

Para Susana
de la que he aprendido que
las cosas pueden ser.

A Susana siempre le gustó escuchar historias. Yo sólo se las contaba. Y ella escuchaba, sólo escuchaba, y a veces preguntaba.
Un día le conté una historia sobre el Unicornio. Se lo describí como yo sabía: un caballo blanco, con patas de ciervo y un cuerno en forma de espiral en la mitad de su frente. De temperamento reservado y esquivo, siempre anda solo, en el bosque y sólo se le puede ver muy ocasionalmente, y agregué: "Si eres pura de corazón, tal vez algún día puedas ver y tocar un Unicornio".
A Susana ésta es la historia que más le impresionó. Tanto que buscaba quien le hablara sobre él.
Buscó imágenes, figuras, canciones, dibujos. Cuando iba al zoológico, pedía que la llevaran a donde estaba el Unicornio. Si andaba de excursión buscaba los claros del bosque con el afán de posiblemente ver aunque fuera de lejos a un Unicornio. Si viajaba, preguntaba sobre el lugar donde pudiera encontrar alguno. Si iba a un museo esperaba ver a uno en alguna vitrina.

Susana ha crecido ya. Hoy es una hermosa jovencita de 20 años, rubia, de ojos claros y vivaces, alta, inquieta, que pregunta sobre muchas cosas queriendo conocer lo que le rodea. Es una buena lectora y buena contadora de historias. Cuenta a veces historias tan inverosímiles que yo le pregunto si eso es posible que pase. Y ella, emocionada, invariablemente contesta "¿Y por qué no...?"
Susana me platicó un sueño que tuvo, donde se vió en un bosque, de árboles gigantes y donde ella, muy pequeñita se encontraba sentada en una de las gran
des hojas de uno de aquellos árboles.
Vio acercarse entonces no a uno, sino a dos Unicornios, lentamente, hacia ella. Estaban tan cerca, mirándola tan tranquilamente que ella extendió su mano y pudo tocar a uno de ellos ¡y despertó!

Yo nada más la escuchaba y ví en su cara un desconcierto y la desazón. Solamente acerté a decirle
─ Susana, eso que me platicas no puede ser... Bueno, tal vez sí... es un sueño
─ ¿Y tú crees que se me cumpla?
─ No, cómo crees. Es sólo un sueño, muy bello, pero un sueño al fin.
─ Pero tú me has dicho que si nos empeñamos, podemos conseguir nuestros sueños.

Y se fue, sonriendo.


¿Puros de corazón?:
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5 comentarios:

Tu Gitana dijo...

qué bonito sueño, la realidad a veces primero fue sueño... saludos y que sueñes con los unicornios.

Anónimo dijo...

guau, esta estupendo este cuento, ya hasta me imagine a la protagonista(¡como si la conociera!), me gusto mucho, bueno todo lo de este blog.
ojala algun dia pueda yo llegar a tocar uno, al menos en sueños.

susy dijo...

¡Gracias!, me encantó, me seguirè empeñando en conseguir mis sueños, y probablemente, algún día podré ver un unicornio aunque sea de lejos. Porque todo puede suceder.

Al6665 dijo...

A mi me encantan los sueños XD

Anónimo dijo...

ME GUSTO MUCHO, OJALA TODOS LOS SUEÑOS FUERAN COMO ESOS Y SIEMPRE SOÑAR CON UNICORNIOS. LA PROTAGONISTA ESTA ES IGUALITA Y OJALA QUE JAMAS DEJE DE SOÑAR CON SU UNICORNIO.