Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






jueves, 24 de marzo de 2011

COMER CACAHUATES

Pienso que una de las cosas buenas de esta vida es comer cacahuates.
Desde ir a comprarlos a la frutería y que te los den en un cucurucho de papel o una bolsa de plástico y te vayas a casa caminando y sacando uno por uno, pelándolos, viendo cómo salta el polvito de su cáscara y quitándoles luego esa piel café, delgadita que los envuelve para meterlos a la boca y sentir y oir cómo truenan entre las muelas. Y mientras eso pasa, sacar otro, y hacer el mismo procedimiento.

O quizá comprar los cacahuates ya pelados y unidos en una preciosa barra, cuadradita, que se llama palanqueta. Y comer los cacahuates todos pegaditos con un dulce que te recuerda la parte amable de tu día.


O tal vez irse a la tienda de la esquina y comprar los cacahuates en bolsa: salados, enchilados, con limón o cascarita y vaciar el contenido de la bolsita en la palma de la mano y echártelos así a la boca en un puño y masticar y masticar hasta acabárselos todos.
Posiblemente a alguien le guste comprarlos estilo japonés, o garapiñados o yo no sé de qué forma.
Y ya no se diga el comerlos, el solo comerlos como botana, como antojo, como acompañamiento de una copa, o viendo una película o poniéndoselos encima a una ensalada, o sólo exprimiéndoles limón o echándoles salsita.
Nada más de pensarlo, se me antojan.
Hoy, quise escribir dando gracias a la naturaleza por entregarnos esto tan rico.

domingo, 13 de marzo de 2011

LA TIERRA, EL PUNTO AZUL PÁLIDO, DE CARL SAGAN

Tomé este video, La Tierra, el punto azul pálido, de Carl Sagan de la página de Periodismo Independiente.
La narración en voz de Carl Sagan está tomada de Un punto Azul Pálido del mismo Sagan.
La traducción de lo que dice, la tomé del blog "Últimas Noticias del Cosmos", página muy recomendable.
"Fuimos cazadores y recolectores. La frontera estaba en todos lados. Nuestros límites eran únicamente la tierra, el océano y el cielo. El camino abierto aún nos llama suavemente. Nuestro pequeño globo terráqueo es la gema, entre aquellos cientos, miles y millones de mundos.
Nosotros que aún no podemos poner nuestro planeta de origen en orden, colmado de rivalidades y de odios, ¿acaso somos nosotros los que deben aventurarse al espacio?
Para el momento en que estemos listos para asentarnos en el sistema planetario más cercano, habremos cambiado. El simple pasaje de tantas generaciones nos cambiará. La necesidad nos cambiará. Somos una especie adaptable.
No seremos nosotros los que alcancen Alpha Centauri y las estrellas cercanas, sino que será una especie muy similar a la nuestra, pero con más fortalezas y menos debilidades que la nuestra. Más confiados, previsores, capaces y prudentes.
Con todos nuestros fracasos, y a pesar de nuestros límites y falacias, nosotros los humanos, somos capaces de la grandeza.
¿Qué nuevas maravillas impensadas en nuestro tiempo habremos conquistado en la próxima generación? ¿y en las próximas?
¿Qué tan lejos habrá llegado nuestra neumática especie para el final del próximo siglo? ¿Y para el próximo milenio?
Nuestros lejanos descendientes, viviendo a salvo en diversos mundos a lo largo del sistema solar y más allá, estarán unidos por su herencia común, por su amor hacia su planeta de origen, y por el conocimiento que sin importar qué otras formas de vida encuentren, los únicos humanos en todo universo provienen de la Tierra.
Mirarán al cielo y se esforzarán por encontrar el punto azul en sus cielos. Se maravillarán por lo vulnerable que una vez fue la Tierra como depositorio de guerras. Por lo peligroso de nuestra infancia, y por lo humilde de nuestros orígenes.
¿Cuántos ríos debemos cruzar antes de que podamos encontrar nuestro rumbo?"
El pensamiento de Sagan me pone a reflexionar sobre lo que somos, sobre lo que seremos...
si queremos seguir siendo.

jueves, 10 de marzo de 2011

CONFESIÓN

Hoy, tu recuerdo volvió a mi.
No hubo nada que verdaderamente motivara esto. Simplemente apareciste.
Y extrañé tu presencia.
Extrañé los buenos momentos, las caminatas, las sonrisas, los silencios.
Hoy, otra vez, estás aquí, aunque sólo eres un recuerdo.
¿Qué será de ti...?