Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






jueves, 26 de marzo de 2009

VIVIR CONECTADO

Mi nombre no importa
Sólo te daré el número que me identifica: 3509786655DR1M0981054LRA10
Para ti, esto no significa nada. Para mi y para el Estado Global en el que vivo es todo: la fecha de mi nacimiento, mi número de seguridad social, el número de habitante en mi comunidad y por lo tanto, la manzana en la que he habitado a partir de haber dejado la casa paterna, mi número de carnet de conducir todo tipo de vehículos permitidos, incluso la gaveta en la que seré introducido a mi "muerte", que es como ustedes le llaman al término de la vida. Este número me fue tatuado al nacer en mi antebrazo derecho y también me fue introducido en un chip de tal modo que ni siquiera me lo tengo que aprender: simplemente digo mi nombre y la vibración de mis cuerdas vocales lo hace aparecer cuando lo necesito.
Ésta es la manera más práctica que ha encontrado el Estado de tener un control sobre nosotros los que ahora habitamos este planeta.
Somos muchos, demasiados.
Algunos, los afortunados, ya viven en órbita geoestacionaria. Otros, los mucho más afortunados ya viven en otros planetas. Los demás viven todavía en este devastado tercer planeta del Sistema Solar.
Yo soy uno de los afortunados. Mis padres, con mucha visión al futuro, procuraron darme la mayor cantidad de estudios en informática, ingeniería, genética, robótica y me complacieron al enviarme a estudiar música y pintura antiguas (Renacimiento al Siglo XIX; los estilos anteriores son muy difíciles de conseguir: las secuelas del último calentamiento global todo lo destruyeron y únicamente se salvó lo que fue digitalizado).
Yo vivo aquí, afortunadamente, no por mis conocimientos científicos, sino por mis conocimientos artísticos. Soy de los pocos que los tienen y eso me hace estar en alta estima de parte de las autoridades de mi comunidad y de otras cercanas y lejanas. No soy muy conocido. Prefiero no serlo. Así puedo investigar más. Así, también, puedo estar más con mis "libros" (así les llaman ustedes) y hojearlos. ¡Son ya tan raros!
Te envío esto porque tenemos la tecnología para hacerlo. Y tú lo recibes porque ya tienes la tecnología para desplegarlo y leerlo.
Es por ello, que en mi desesperación, he decidido recurrir a ti para que adviertas a todos los de tu generación el peligro en el que están ya insertados si siguen por el camino por donde van: vivir conectados.
Yo vivo conectado.
Sí.
"¿Cómo?" te preguntarás. Pues más bien te diré por qué: porque yo lo decidí. Y me arrepiento. Mucho. Lo deploro enormemente. Es lo peor que le puede pasar a alguien.
Te lo explicaré: De jovencito me conecté a todo lo conectable en nuestra sociedad: la telefonía, la red, la televisión, la radio, las ondas de baja longitud, las resonancias, los dispositivos de seguridad. Pero me desconectaba cada vez que me iba a dormir, o a asearme, o al aprendizaje de las técnicas artísticas. Y cuando regresaba, me volvía a conectar. Mis padres, que conocieron muy bien toda esta tecnología me reprendían mucho y procuraron evitar que yo entrase a ciertos lugares restringidos.
Pero un día logré entrar a uno: el que ofrecía permanecer de por vida conectado. A mí eso me agradó. "¡Qué bien!, pensé, "¡poder estar conectado con amigos, con autoridades, con conocidos, con programaciones y diversiones siempre! Yo vivir conectado por siempre."
Y así lo hice saber a mis padres. Ellos se negaron a darme el permiso de la conexión, porque para esa época los padres debían dar su anuencia proporcionando parte de su número de identidad. Y ellos no lo proporcionaron a las autoridades. Así es que yo seguía conectado cada vez que hacía todo el proceso: encender el aparato, buscar la señal, y ya: conectado estaba.
Crecí y me independicé.
Fue cuando volví a a pedir la conexión. Yo ya incluso vivía con una mujer y esperábamos el segundo hijo.
La conexión me fue negada argumentado que el permiso lo debían dar mis padres.
"¿Por qué? si yo ya soy mayor. Pago mis impuestos, cumplo con mis deberes ciudadanos, contribuyo con trabajo comunitario, concurro a la iglesia, no tengo infracciones, soy una persona ejemplo en mi comunidad y en mi trabajo. Todo eso me da cierta calidad", argumenté. "Sí", me repondieron, "pero sus padres deben otorgar el permiso. Usted nació bajo esa legislación y mientras ellos no mueran, usted no está liberado de esa tutela."
Las autoridades sabían muy bien que mis padres no habían muerto. Eso era muy controlado, pues para eso nos tatuaban. Ellos, muy ancianos, seguían vivos y no dieron el permiso.
Yo, mientras tanto, seguía queriendo estar conectado.
Mis padres murieron y yo quedé liberado de esa tutela.
Lo primero que hice fue pedir que me conectaran. Llenados los requisitos y antes de insertarme el chip se me volvió a preguntar si eso era realmente lo que yo quería. Dije que sí. Aún así, me insertaron un chip "a prueba" por seis meses. Yo me podría retractar en el inter. Pasado ese tiempo, ya no había vuelta atrás.
Yo no me retracté. Y ahora me arrepiento.
Las conexiones actuales son más y mejores. Las calidades de recepción son inmejorables. Y es más, yo tengo una conexión insertada en la base del cerebro posterior que me permite con sólo pensar, conectarme a lo que sea. Ni siquiera tengo que utilizar mis ojos, o una terminal reflejante o estar en un área determinada, mi conexión es de primera.
Pero esa misma conexión ha sido mi desgracia: si algo me duele, automáticamente se establece una conexión con mi médico tratante y él me envía la medicina que necesito, sin yo pedirla. Si tengo sed, hambre o algún antojo, mi cerebro envía la señal e inmediatamente oigo, veo o siento retumbar en un pequeño aparatito junto a mi las ofertas que saciarán mi sed o hambre. ¡La publicidad ha hecho maravillas en este ámbito! Si veo un nuevo producto, cualquiera, y manifiesto mi interés en poseerlo, el banco me hace escuchar mi disposición de créditos y las posibles soluciones de compra de contado o a plazos y las posibilidades de que eso dañe mi economía familiar o personal. Y de nada sirve apagar el aparato personal pegado a mi cuerpo o incluso quitarle la fuente de poder, porque cuando hago eso inmediatamente se apersona un diligente empleado de la compañía de interconexión para checar algún posible fallo. Yo le manifiesto el haber apagado deliberadamente el aparato, y él me recuerda que eso yo no lo puedo hacer. Y lo encienden desde la compañía.
He perdido mi libertad, mi individualidad, mi intimidad, mis pensamientos, mis alegrías, mis tristezas. No puedo ya disfrutar verdaderamente de la compañía de los pocos amigos que me quedan (la amistad es algo que está en peligro de extinción actualmente por el abuso que hacemos de las conexiones), no puedo disfrutar de mi soledad o de cualquier compañía. Ni siquiera puedo dormir en paz porque mi conexión me avisa de posibles desastres: sismos, tormentas, aumentos de temperatura, para que tome las precauciones debidas. Ni siquiera me he podido, lo digo muy seriamente, suicidar, porque al momento de pensar y maquinarlo, me fue enviado un terapeuta para tratar las posibles frustraciones que a ello me llevaban.
. . . . . . . . . . . . .
Te repito, recibes esto porque nosotros, en tu futuro, tenemos la tecnología para enviarlo. Y tú, en tu presente, tienes la tecnología para desplegarlo y leerlo.
Envíalo, por favor, a todos tus contactos. No lo elimines.
Y adviérteles de la importancia de seguir cultivando las relaciones personales, con todo lo que ello implica. Y adviérteles de los peligros de vivir conectado.
Al fin y al cabo, eso es una opción.
Establece aquí conexión:

viernes, 20 de marzo de 2009

FECHAS PARA RECORDAR

* Día del Agua: Domingo 22 de Marzo (espero que para ese día ya se haya normalizado el suministro)
* Día de la Tierra: Sábado 28 de marzo (Apagar la luz por una hora)
* Horario de Verano: Domingo 5 de Abril
* Día para ir a votar: Domingo 5 de Julio (de 8 de la mañana a 6 de la tarde)
* Empiezan las Vacaciones: Sábado 4 de Abril (¡qué bueno!)
* Termina el Horario de Verano: Domingo 25 de Octubre

jueves, 19 de marzo de 2009

POST

Busqué en mis diccionarios el significado de la palabra que titula esto que escribo.
Claro, primero fui al diccionario de Español: ahí encontre que post es un prefijo latino que significa "después de" o simplemente "después" (por ejemplo: postparto)
Luego, en el diccionario de Inglés, encontré que post significa "correo" y todo lo relacionado con él (por ejemplo: post office, post letter, the message was posted). Además significa "mensaje" en el contexto de los blogs, los foros y en general en el internet
¿Por qué decidí iniciar este post con los significados de la palabra?
Pues porque en nuestro idioma actual muchas palabras de otros idiomas hacen acto de presencia diaria sin nosotros darnos cuenta de su origen. Simplemente hablamos e incorporamos dichos, palabras e incluso neologismos sin reparar en su buen o mal uso.
Los idiomas deben enriquecerse con esta aportación. Son vivos y cada día ven nacer dentro de ellos nuevas expresiones y palabras. Y cada día, también, sin notarlo, pierden expresiones viejas que al caer en desuso se olvidan.
Bueno , muy bueno que haya nuevas palabras en mi idioma, aunque sean de otra lengua. Es el caso de la presente palabra: Post y sus derivaciones, posts en plural, postear como verbo y ¿habrá un adjetivo?
Malo, muy malo que en afán de abreviar la comunicación (o por decirlo de otra manera, tener flojera de pensar en la palabra justa para el momento justo) recurramos a la muy sobada palabra que todo significa, que todo califica, que todo insulta, que todo festeja, que todo demerita.
¿Sabes a qué palabra me refiero?



Lee los Posts de: Alonso, Itaka, Efra, Jenny, Sol, Prado (sea bienvenida)

jueves, 12 de marzo de 2009

EL DÍA DE MI SANTO

Mis padres, que esa Semana Santa fueron a Murcia, en España, estaban muy devotos asistiendo a la solemnísima procesión de Viernes Santo por donde salen imágenes del Cristo yacente y también de su Madre María sufriendo la angustia de perder a su hijo.
Ya habían visto y oído a un grupo de tambores, a la Cruz Guía, a los penitentes en terciopelo negro, al Estandarte con bajorrelieve de la Virgen de las Angustias y al Ángel Servita. Después pasaron más penitentes que seguían a un pendón y por fin vieron pasar a la

imagen de la Virgen Santísima de las Angustias









y esperaron en silencio ver pasar el resto de la procesión.
Mi padre, con reverencial silencio miraba al resto de los penitentes. Mi madre, muy emocionada, oraba en silencio.
Y ahí fue que sintió los dolores del parto.
¡Qué angustia la de mi padre! El niño que esperaban ¡se estaba adelantando dos meses!
Y ahí van a la maternidad. Y mi madre dio a luz. O dicho de otro modo, nací yo.
Y es por eso que me llamo María de las Angustias.
Y es por eso que el día de mi santo es siempre Viernes Santo.
Y también es por eso que no me lo festejan, porque nada se debe festejar en la Semana Mayor.
Ni siquiera tengo otro nombre, para así festejarlo otro día.
Creo que me cambiaré el nombre...


Los "Santos" de Alonso, Sol, Jenny, Itaka, Efra

jueves, 5 de marzo de 2009

VIGILIA

Iniciar la Cuaresma en casa implicaba una serie de cambios familiares, de estilo de vida, personales, sociales.
Cuando se nace en una familia católica que gusta de observar los preceptos de su credo religioso, es muy difícil y complicado, al menos en principio, sustraerse a ciertos ritos y/o comportamientos que se deben observar por pertenecer a este credo.
¡Y la Cuaresma es una fecha importante!
Iniciar con el Miércoles de Ceniza y "guardar" la Cuaresma en muchos de sus ritos puede parecer absurdo para algunos, tedioso para otros, nada divertido para mi, pero todo un reto personal y relevante para mi familia.
Es una época, ahora lo recuerdo, de dejar de hacer cosas (como levantarte tarde, pelearte con tus hermanos, no contestarle feo a quien te habla), de iniciar nuevos comportamientos, de intentar mejorar algo del carácter personal y ofrecerlo a Dios. Y es más, sacrificar gustos, ¡verdaderos gustos!, (podía ser no comer dulces, dejar de oir cierta música, hablar por teléfono mucho rato), por esa temporada. Y todo esto, como significaba un sacrificio personal, se ofrecía a Dios.
Todo esto se hacía durante toda la Cuaresma.
Y los viernes de ella eran más significativos puesto que había que "observar la vigilia". O dicho de otro modo, no comer carne roja. Sólo pescado.
Yo siempre me pregunté ¿qué tiene la carne roja que no la puedo comer en viernes de cuaresma? ¿por qué sí he de comer pescado, o alguna otra carne que no sea roja? Nunca se me dio una respuesta coherente. Lo único que se me dijo es que porque así lo manda la Iglesia, así debe ser.
Yo, la verdad, nunca me conformé con esa respuesta. Y me dediqué a buscar alguna razonable.
Pero en el inter, pues no comíamos carne roja los viernes.
Y comíamos pescado, cocinado de distintas formas, y caldo de habas, y a veces pescado salado cocinado como si fuera bacalao, y ensalada de nopales, y yo que sé cuántas cosas más que se estilan por estos días, y que la verdad, se tarda mucho la cocinera elaborándolo.
Y se esparcían los olores por la casa.
Y salían otros tipos de platos, platones y aditamentos de los anaqueles de la cocina para mostarse en la mesa: la vinajera para llevar el aceite oliva que debe vertirse en el caldo de habas, los pedazos recortados y fritos de bolillo que acompañan a esa sopa, los canastos con sus servilletas bordadas que guardaban las tortillas recién calentadas para comer la ensalada de nopales que se servía en una ensaladera de barro y se presentaba con cucharas de madera hermosamente talladas. Y ahí veía uno en una explosión de colores el verdor de los nopales picados, con sus rojas rueditas de jitomate bola y su cilantro picado y su blanco queso panela rayado. Y también se veía la salsera con el chile recién molido (verde o rojo) invitando a través de su olor esparcido por la mesa a ponerlo sobre el taco de nopales o sobre el pescado que se presentaba en otro recipiente.
El agua de jamaica, de piña o de limón no podía faltar y se servía generosamente cada vez que se pedía. Recuerdo que se hacía mucha.
Y era realmente un gusto comer, aunque a mi muchos de los platos de este día no me gustaban. A la fecha no me gustan. Eso sí, los tenía que probar, al menos un poco, lo que para mí significaba un gran sacrificio.
Y así se cumplía la vigilia: comiendo pescado cada viernes.
Y después, terminada la cuaresma, pues retomábamos otras costumbres, y volvíamos a comer carne roja. Y el pescado se servía al menos en la mesa una vez a la semana, y no precisamente en viernes, quizá para no recordar las fechas. Quizá...
Actualmente sigo observando la vigilia. Al menos en eso de comer pescado los viernes. Y recuerdo cosas, Y añado otras a la vida familiar actual. Y saco, también, aditamentos de los anaqueles de la cocina para presentar la mesa de otra forma.
Otros y sus "Vigilias"