Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






domingo, 27 de junio de 2010

AMO EL FUTBOL

Sí, aunque a algunos les pudiera parecer extraño, hoy tengo que declarar que ¡amo el futbol!
¿Habrá que justificar este amor?
Pienso que no, porque el amor no se justifica. Simplemente se siente y ya.
Y se declara.
Eso es lo que hoy hago.
Y diré mis razones.
Hoy tuve que ir a un curso. Entraba yo a la 11 de la mañana y salí a las dos de la tarde. Y ya me habían advertido que tomara mis precauciones para ir porque habría mucho tráfico ya que los aspirantes a un lugar en los bachilleratos que ofrece el sistema educativo nacional harían su examen. O sea, para aquéllos que saben a qué me refiero: hoy se presentó el examen de COMIPEMS, así es que habría algunos conflictos de tránsito por algunos lugares. Y yo pasaría por uno de ellos. Llegué bien.
Pero, recupero mi declaración inicial y diré las causas de mi amor.
Amo el futbol porque
* las calles hoy estaban vacías, y pude transitar muy bien, sin escándalos, sin prisas y a las velocidades que algunas avenidas marcan.
* pude ver algunas fachadas que siempre han llamado mi atención en mi trayecto y que hoy eran observables porque no estaba la calle llena de ambulantes
* el espacio de ciudad por donde me tocó transitar estaba realmente callado; sólo oí algunos pajaritos (y a lo lejos, algún ruido de tele prendida)
* fui a dos lugares en un centro comercial y se me atendió con prontitud y diligencia. Pude pagar rápidamente
* cuando llegué a casa, el silencio sepulcral me permitió descansar un poco más (me enteré que la selección nacional de futbol había perdido contra Argentina)

¡Amo el futbol!