"En plenitud... como científico y artista, en la madurez de su desarrollo como hombre, Leonardo (da Vinci) abandonó Florencia y se instaló en Milán como músico, ingeniero y artista de Ludovido Sforza, duque de Milán... (entre 1482 y 1500).
Leonardo había mandado al duque de Milán este modesto "curriculum vitae":
Habiendo visto y considerado, muy ilustre Señor, las experiencias de todos aquellos que se tienen por maestros en el arte de inventar instrumentos de guerra y habiendo notado que sus instrumentos no difieren en nada de los usados comúnmente, intentaré, sin querer ofender a nadie, mostrar a Vuestra Excelencia ciertos secretos que me pertenecen, brevemente enumerados a continuación:
1. Tengo un procedimiento para construir puentes muy ligeros, fáciles de transportar, merced a los cuales el enemigo puede ser perseguido y puesto en fuga; y otros más sólidos, resistentes al fuego y al asalto, que son fáciles de poner y quitar. Conozco también medios para quemar y destruir los del enemigo.
2. En caso de asedio sé cómo vaciar el agua de los fosos y hacer diversas escaleras de asalto e instrumentos similares.
3. Ítem; si debido a la altura o fuerza de los parapetos la plaza no puede ser bombardeada, tengo medio de minar cualquier fortaleza cuyos cimientos no sean de roca.
4. Puedo también hacer un tipo de cañón fácil de transportar, que lanza materias inflamables, causando gran destrucción al enemigo, así como gran espanto por la humareda.
5. Ítem; por medio de pasajes subterráneos angostos y tortuosos, hechos sin ruido, puedo hacer un camino pasando por debajo de fosos o de un río.
6. Ítem; puedo construir un vehículo cubierto, seguro e indestructible, llevando artillería, el cual, entrando en las filas del enemigo, romperá las tropas más sólidas y podrá ser seguido sin obstáculo por la infantería.
7. Puedo construir cañones, morteros, ingenios de fuego de forma útil y bella, distintos de los usuales.
8. Donde el empleo del cañón sea impracticable, puedo reemplazarlo por catapultas e ingenios que lanzan proyectiles de admirable eficacia, hasta ahora desconocidos; en breve, cualquiera que sea el caso, puedo imaginar infinitos medios de ataque.
9. Y si el combate ha de ser naval, tengo numerosos ingenios de la mayor potencia a la vez para el ataque y la defensa; naves que resisten en fuego más duro, la pólvora o vapor.
10. En tiempo de paz, creo que puedo igualar a cualquiera en arquitectura, en la construcción de monumentos privados y públicos, y en la conducción del agua de un lugar a otro. Puedo ejecutar escultura en mármol, bronce y tierra cocida; en pintura puedo hacer cualquier trabajo al igual de quien fuera. Asimismo, podría ocuparme en el caballo de bronce en memoria eterna de vuestro padre y de la muy ilustre casa de los Sforza; y si cualquiera de las cosas mencionadas aquí os parece imposible o impracticable, me ofrezo a demostrarlas en vuestro parque, o cualquier otro lugar que le plazca a Vuestra Excelencia a quien me confío en toda humildad.
Contratado por Ludovico, Leonardo tuvo una entrada espectacular en Mi
lán, regalando al duque, que era muy aficionado a la música, una lira de plata diseñada por él mismo en forma de cabeza de caballo, que tenía una musicalidad profunda y resonante; en seguida se convocó un torneo musical y Leonardo, cantando maravillosamente "al improviso", acompañado de su prodigioso instrumento, derrotó a los músicos de Milán."
Leonardo había mandado al duque de Milán este modesto "curriculum vitae":
Habiendo visto y considerado, muy ilustre Señor, las experiencias de todos aquellos que se tienen por maestros en el arte de inventar instrumentos de guerra y habiendo notado que sus instrumentos no difieren en nada de los usados comúnmente, intentaré, sin querer ofender a nadie, mostrar a Vuestra Excelencia ciertos secretos que me pertenecen, brevemente enumerados a continuación:
1. Tengo un procedimiento para construir puentes muy ligeros, fáciles de transportar, merced a los cuales el enemigo puede ser perseguido y puesto en fuga; y otros más sólidos, resistentes al fuego y al asalto, que son fáciles de poner y quitar. Conozco también medios para quemar y destruir los del enemigo.
2. En caso de asedio sé cómo vaciar el agua de los fosos y hacer diversas escaleras de asalto e instrumentos similares.
3. Ítem; si debido a la altura o fuerza de los parapetos la plaza no puede ser bombardeada, tengo medio de minar cualquier fortaleza cuyos cimientos no sean de roca.
4. Puedo también hacer un tipo de cañón fácil de transportar, que lanza materias inflamables, causando gran destrucción al enemigo, así como gran espanto por la humareda.
5. Ítem; por medio de pasajes subterráneos angostos y tortuosos, hechos sin ruido, puedo hacer un camino pasando por debajo de fosos o de un río.
6. Ítem; puedo construir un vehículo cubierto, seguro e indestructible, llevando artillería, el cual, entrando en las filas del enemigo, romperá las tropas más sólidas y podrá ser seguido sin obstáculo por la infantería.
7. Puedo construir cañones, morteros, ingenios de fuego de forma útil y bella, distintos de los usuales.
8. Donde el empleo del cañón sea impracticable, puedo reemplazarlo por catapultas e ingenios que lanzan proyectiles de admirable eficacia, hasta ahora desconocidos; en breve, cualquiera que sea el caso, puedo imaginar infinitos medios de ataque.
9. Y si el combate ha de ser naval, tengo numerosos ingenios de la mayor potencia a la vez para el ataque y la defensa; naves que resisten en fuego más duro, la pólvora o vapor.
10. En tiempo de paz, creo que puedo igualar a cualquiera en arquitectura, en la construcción de monumentos privados y públicos, y en la conducción del agua de un lugar a otro. Puedo ejecutar escultura en mármol, bronce y tierra cocida; en pintura puedo hacer cualquier trabajo al igual de quien fuera. Asimismo, podría ocuparme en el caballo de bronce en memoria eterna de vuestro padre y de la muy ilustre casa de los Sforza; y si cualquiera de las cosas mencionadas aquí os parece imposible o impracticable, me ofrezo a demostrarlas en vuestro parque, o cualquier otro lugar que le plazca a Vuestra Excelencia a quien me confío en toda humildad.
Contratado por Ludovico, Leonardo tuvo una entrada espectacular en Mi
lán, regalando al duque, que era muy aficionado a la música, una lira de plata diseñada por él mismo en forma de cabeza de caballo, que tenía una musicalidad profunda y resonante; en seguida se convocó un torneo musical y Leonardo, cantando maravillosamente "al improviso", acompañado de su prodigioso instrumento, derrotó a los músicos de Milán."Tomado de: Racionero, Luis: LEONARDO DA VINCI; Ed. Folio; pags 99-101
