Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






martes, 15 de abril de 2008

NO SÉ QUÉ ME PASÓ


bservar aquel libro ayer fue mi obsesión.
Sus imágenes, sus letras góticas, sus puntuaciones, sus formas de abordar el tema...
Nunca había yo insistido tanto en hacerlo. No sé por qué me pasó, pero lo hice.
Tomé el grueso volumen, forrado en piel, con las pastas cuidadosamente labradas.
Pasé mis dedos lentamente por las primeras hojas, por la edición de hace más de cien años, tan cuidada, tan bien hecha, y a la fecha, tan bien conservada.
¿Qué buscaba yo?
Algo, algo que me dijera que no todo estaba perdido. Que me permitiera ver que las cosas que estaba yo haciendo valían todavía la pena. Algo que, en fin, me permitiera seguir adelante en mi empeño.
No encontré nada.
Sólo un viejo volumen que me hizo compañía por un rato y que me permitió ver que, a veces, es bueno distraer la memoria de tantas preocupaciones.
En fin....

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