Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






sábado, 6 de octubre de 2007

LUNA

Luna es un lugar.
Así como hay bosques, océanos, playas, acantilados, volcanes o estrellas, así existe Luna.
¿Dónde está? Ahí.
Es muy fácil llegar. Sólo basta desearlo. El problema radica en que ese deseo tiene que ser especial, único.
Muchos desean estar en ese lugar. Me consta. Pero pocos lo logran, ya que se quedan en el intento. Por más que quieren, no pueden. Nada les impide llegar y entrar. Ellos mismos se niegan el acceso. Y cuando regresan, hablan mal del sitio diciendo que "es una farsa", que "no saben que le ven los otros", que "tanto decir y hacer para nada", que "están locos todos los que han logrado estar en el sitio".
Yo los entiendo porque solamente se quedaron afuera, nunca entraron. Sus miradas atisbaban a través de esa gran entrada, pero no se atrevían a dar el siguiente paso, ¡y veían que otros llegaban y pasaban! Claro, había algunos como ellos que se quedaban afuera, a su lado y en una aglomeración,y se preguntaban "¿qué le ven?" Pero no pasaban a mirar...
¿Y cómo es el lugar? Pues es muy difícil describirlo porque cada quien ha visto cosas distintas y ha tenido percepciones distintas. A lo que más se parece es a una tienda departamental de lujo. Es muy burda la comparación, pero no encuentro otra.
En Luna se ofrecen muchas cosas y hay muchos accesos o departamentos. Hay muchas especializaciones. Uno puede tomar lo que quiera y pagarlo. Y ahora explico cómo.
El sitio es apacible, más bien frío, y conforme se va quedando uno ahí entra en el cuerpo un calorcito rico. Es luminoso, sin dañar a la vista. Puede uno quedarse mirando un espacio determinado, sin cansarse; acercarse, tomar lo que ahí se ofrece, llevarlo o dejarlo; ir a otro sitio, ver las cosas, y así sucesivamente. Se puede hacer una visita rápida, enterarse de las novedades y salir. Se puede hacer también una visita lenta, con todo el tiempo disponible y salir, con o sin aquéllo que se quería llevar.
La forma de pago no es con dinero, o tarjeta o puntos, o esos artilugios que ha inventado nuestro mundo capitalista. Se paga de otra forma, depende de el área visitada y lo que se lleve.
Los enamorados pagan con dulzura y recuerdos que a veces tienen que sacar de los bolsillos más recónditos de su corazón. A veces pagan alegremente, a veces con una tristeza profunda. A veces con nostalgia o derramando una lágrima o esbozando una sonrisa.
Los músicos y los poetas pagan con desgarramientos del alma o tranquilidad de pensamientos. A veces sus notas musicales o sus ritmos en las letras hacen de monedas tintineantes que resuenan en las mentes del resto de los mortales. Si no me creen, pudieran preguntarle a Chopin o a Guty Cárdenas.
Los científicos y técnicos pagan con tiempo, con fracasos, con ansiedades, con preguntas sin contestar y con satisfacciones. Son muy empeñosos en su búsqueda y son los más constantes e insistentes a la hora de llevar lo que quieren. A veces se equivocan y piden una devolución. A veces, no. Y se quedan con aquéllo y van por algo nuevo.
Los literatos pagan con palabras adecuadas y con imaginación, con verbos y adjetivos bien puestos, con prosas bien escritas y con descripciones detalladas. Generalmente reciben cambio porque exceden en mucho el precio que se pide. Su cambio está hecho de "¡oh!" y "¡ah!" de asombro de otros. El mejor ejemplo de esto es Julio Verne o Arthur C. Clarke.
Los locos pagan con suicidios y gritos, y lamentos y golpes. Pagan con palabras incoherentes, con razonamientos a veces lógicos (a veces no), con comportamientos que se salen de su voluntad, con cambios físicos no deseados o argumentos sacados de no sé dónde. Hay algunos que al ver lo que llevan, y lo han pagado, se arrepienten y quieren deshacerse de ello. El problema está en que no se los aceptan.
Los esotéricos e interpretadores de señales van muy seguido pues tienen que resurtirse casi a diario. Ellos pagan con imaginación y palabras que otros quieren escuchar. Pagan también con verdades reveladas o secretos ocultos.
Y tú, ¿ya estuviste en ese lugar? ¿Ya llevaste algo? ¿Cómo lo pagaste?
1a. P.D. Hay algunos que yendo a ese lugar, viendo lo ofrecido, tomaron cosas, se fueron, regresaron y enfilando por otros pasillos, se salieron, sorpresivamente, y encontraron otras ofertas que excedían en mucho lo que buscaban ¡y aprovecharon para llevarlas! Ejemplo de ello son los Beatles con una canción que se llama "Here comes the Sun", y Silvio Rodríguez a quien no le bastó el sitio y fue a "Casiopea". También el divulgador de la ciencia, Carl Sagan con su libro "Miles de Millones" o el mayor físico teórico vivo actualmente, Stephen Hawking con su libro "Breve Historia del Tiempo"
2a. P.D. No quise referirme a pintores, escultores, cineastas (Stanley Kubrick con su "2001, una Odisea Espacial" o Steven Spielberg con su "Encuentros cercanos del Tercer Tipo", o George Lucas con su "Guerra de las Galaxias"), fotógrafos o simples mortales que nos han acercado con sus ganas de creer a este maravilloso lugar.
Otros te compartirán su experiencia por el sitio llamado Luna. Lee lo que encontraron:

1 comentario:

Juan Carlos dijo...

Me encantó, no pude leerte la semana anterior, por eso posteo este comentario hasta hoy. Para el resto de los mortales la luna tiene alguno de esos significados. Para mi es mucho más, es la mujer que me da luz, desde mucho tiempo antes de conocerla