Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






viernes, 15 de febrero de 2008

EL MOTIN EN NUEVA ESPAÑA

En 1624 en la Ciudad de México, capital del Virreinato de la Nueva España y a raíz de la pugna que sostenían el arzobispo de la Nueva España, Juan Pérez de la Serna y el virrey Diego Carrillo, marqués de Gelves, éste manda aprehender al primero. Luego aprehenderá también a los oidores de la Audiencia. Ante tal situación, los eclesiásticos instigan al pueblo que se amotina y que asalta e incendia el palacio virreinal.
Lo anterior fue por un grave problema: los abusos que cometía el arzobispo de México don Juan Pérez de la Serna, tanto en lo religioso como en las actividades comerciales. El virrey lo hizo llamar para reconvenirlo, por lo que el arzobispo se sintió gravemente lastimado en su calidad religiosa y lo excomulgó. El Virrey Carillo lo hizo detener y enviar a San Juan de Ulúa, para remitirlo a España bajo partida. Esto originó en la Ciudad de México un tumulto el 15 de enero de 1624: el pueblo enfurecido frente al Palacio, pedía la renuncia del Virrey. El arzobispo, quien había logrado escapar, hizo pregonar que el marquéz de Gelves dejaba de ser virrey, que él tomaba el gobierno y nombraba Capitán General al licenciado Pedro Gaviria. El Virrey, con peligro de ser asesinado por el populacho enfurecido, huyó (disfrazado de sirviente) del palacio que había sido incendiado para ir a refugiarse en la iglesia de San Francisco con algunos guardias que lo seguían; allí estuvo hasta que marchó a Veracruz para embarcar hacia España, en donde fue recibido por Felipe IV que lo escuchó con atención y aprobó algunas de las medidas que tomó en contra del arzobispo rebelde, pero desaprobó otras.


En esta muy bella y descriptiva imagen, cuya autoría pertenece al gran artista Cristóbal de Villalpando, pueden apreciarse los grandes daños causados por el incendio en el ala sur de palacio en 1692.

No hay comentarios.: