Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






jueves, 6 de septiembre de 2007

SOLEDAD


GIBRAN JALIL GIBRAN
Poeta, filósofo y artista, nació en 1883 en el Líbano, una tierra que ha producido muchos profetas. Su fama y su influencia se esparce más allá del Oriente Próximo. Su poesía se ha traducido a más de veinte idiomas y sus dibujos y pinturas se han expuesto en las grandes capitales del mundo.
En los Estados Unidos, que él hizo su hogar durante veinte años de su vida, comenzó a escribir en inglés.
"El Profeta" (1923) y sus otros libros de poesía, ilustrados con sus dibujos místicos, son conocidos por innumerables personas en todo el mundo, quienes encuentran en ellos una expresión de los impulsos más profundos del corazón y de la mente humana.
Murió en 1931.
De este poeta transcribo "La Soledad" de su libro El Jardín del Profeta:

LA SOLEDAD

Y una noche, cayó una gran tormenta, y Almustafá y sus discípulos, entraron a sentarse alrededor del fuego. Permanecieron callados.
Luego, uno de los discípulos dijo:
"Estoy solo Maestro. Los cascos de las horas golpean pesadamente sobre mi pecho":
Y Almustafá se puso de pie, en medio de ellos, y dijo con una voz semejante a la del huracán:
"¡Solo! ¿Y qué hay de mal en eso? Viniste solo, y solo volverás a la niebla.
"Por lo tanto bebe tu copa solo y en silencio. Los días del Otoño han dado a otros labios otras copas, y las llenaron con vino agridulce, tal como han llenado la tuya.
"Bebe tu copa solo, así tenga el sabor de tu sangre y de tus lágrimas, y alaba a la vida por el don de la sed. Porque sin sed, tu corazón no sería sino la playa de un mar estéril: sin canto y sin marea.
"Bebe tu copa solo, y bébela con alegría.
"Levántala por encima de tu cabeza y bebe ávidamente a la salud de los que beben solos.
"Una vez busqué la compañía de los hombres, me senté a su mesa y bebí intensamente; pero su vino no subió a mi cabeza ni fluyó dentro de mi pecho; sólo bajó a mis pies. Mi sabiduría quedó seca y mi corazón sellado, y sólo mis pies los acompañaron en sus tinieblas.
"Y no busqué más la compañía de los hombres, ni bebí más con ellos.
"Por lo tanto te digo, aunque los cascos de las horas golpeen pesadamente sobre tu pecho, nada importa. Es bueno que bebas solo tu copa de tristeza, y también solo tu copa de alegría".
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3 comentarios:

Tu Gitana dijo...

y los links?

Al6665 dijo...

:O me gusto, alguna vez supe de este poeta libanés, pero hasta hoy día leí algo de el, me gusto, lo añadiré a mi lista de autores que he de leer.

Saludos!!

P.D.
¿y pa cuando la fiesta?

Tu Gitana dijo...

Oh, que fuerte, me sentí regañada por no disfrutar mi soledad... muy buen escrito, grax por cimpartirlo, saludos y disculpa lo apresurado del primer comentario u_u