Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






sábado, 8 de octubre de 2011

UN MUSEO PEQUEÑITO

Hoy fui a un Museo pequeñito, quizá el más pequeñito que he visitado, pero no por eso menos grande.
Es el Museo de la Fundación Herdez que está en la Calle de Seminario. Algunos también lo conocen como el Museo de la Gastronomía.
Sólo tres salas tiene, donde se puede ver la historia de la cocina en Mesoamérica, en el Virreinato, en los años 4o's ó 50's y una recreación sobre la cocina del futuro. Pero esas tres salas lo hacen estar a uno mucho rato.
Es interactivo, ¡y qué cocina no es interactiva! diría yo.
Porque ahí se muestran ejemplos de cocinas de los periodos referidos. Y es cuando empieza uno a interactuar pensando, imaginando no sólo con la mente, sino también con los sentidos (el olfato, el oído, el gusto) recordando los buenos momentos que en la cocina se pasan.
El museo cuenta con pantallas de video, computadoras y paneles que se iluminan y muestran el proceso de cocinar. Y es cuando se empieza uno a imaginar cosas.
Y aunque no te guste la cocina, te asombra ver cómo se las podían arreglar en la época virreinal, o aún en la época precortesiana dándose ese gusto (o trabajo, según quien lo vea) de preparar alimentos.
Al final estuve en la Biblioteca de la Gastronomía Mexicana, que según el catálogo, tiene acceso en línea a una parte de su acervo.
Éste es un buen lugar para visitar y sentirse como en casa, porque la cocina, pienso, es el lugar de la casa donde se hacen los mejores momentos personales, familiares, sociales.

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