Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






jueves, 16 de septiembre de 2010

LAS NIÑAS

LAS NIÑAS*

Tristísimo es asentar esta verdad: "Las niñas tienen vicios" {…} ¿Cuáles son los medios más adecuados para evitar estos vicios? Bien sencillos en verdad, y fáciles de practicar por las profesoras de las escuelas, quienes deben contribuir á la educación tanto como á la instrucción de la niñez. Los resumiremos así.

1º. No hacer distinciones favorables á las niñas que visten con lujo ó á las que son hijas de personas influyentes. Hacerles entender que las galas más preciadas de una niña deben ser el aseo escrupuloso de su persona, y el orden en los objetos de su uso. Llevar a su ánimo la convicción de que el ser distinguidas solo porque llevan un traje elegante, es mas bien un insulto para ellas, porque es valorizarlas solamente en lo que puede costar el vestido.

2º. Hacerles entender que las consideraciones que se les guarden, han de ser resultados de sus méritos individuales, de sus finas maneras, de su humildad para con los superiores y de su aplicaciones y aprovechamiento. Obligarlas á que respeten á sus compañeras por sus adelantos, y que, en vez de envidiarlas, traten de imitarlas, haciendo caso omiso de que sean ricas o pobres para elogiar sus méritos.

3º. Aconsejarles y hasta exigirles que en las horas que les dejan libres sus tareas escolares, se dediquen á aprender todos y cada uno de los quehaceres domésticos, sin que en ellos vean una degradación, sino el cumplimiento de un deber imprescindible.

4º. No consentirles amistad íntima con sus compañeras, y castigarles severamente las inconsecuencias cometidas y sobre todo los ridículos celos tan comunes entre las niñas que se dicen amigas.

5º. No dejarlas nunca solas en sus horas de recreo. Allí está el más grande peligro para esos séres interesantes y tan fácilmente desviados del camino recto por indolencia, descuido ó complacencias de quienes deben vigilarlas. Las niñas, cuando se les deja libres, se refieren unas á las otras las conversaciones escuchadas, se comunican las dudas sobre tal ó cual asunto que aguijonea su curiosidad ó despierta sus malicias; y de suposición en suposición, y de conversación en conversación, llegan las más de las veces a desgarrar el velo de su inocencia y hasta á despertarse pasiones impropias de su edad y siempre altamente perjudiciales para su salud física y para su higiene moral.

¡Oh maestras!: Penetraos bien la importantísima labor confiada á vosotras; vuestra influencia sobre la niñez debe ser eficaz para sembrar en su corazón las máximas de una sana moral de que debéis darles ejemplo. Necesitáis de abnegación y de caridad acrisolada para cumplir vuestra misión hermosa de engrandecer a la patria enseñando, y sobre todo, educando á la niñez.

*Matilde P. Montoya, "La Niña", en La Mujer Mexicana, 1907, p. 100

Tomado de: ROCHA, Martha Eva: El Álbum de la Mujer (Antología Ilustrada de las Mexicanas) Volumen IV/El Porfiriato y la Revolución; Instituto Nacional de Antropología e Historia; Colección Divulgación; 1ª. ed., 1991; pags. 42 a 45




Espero que los de Hablando-Ando hayan tenido tiempo de publicar ( y más en este día). Saludos a Efra, Jenny, Alonso, Sol, PV, Ixab, Nerak

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