Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






sábado, 17 de noviembre de 2007

EL RESPETO POR LA PALABRA

"El respeto por La Palabra sólo se da en quienes crecimos sabiendo que tenía el mismo valor que un contrato ante notario: de palabra se compraba, se vendía y se establecía el pago, y nadie de mi entorno dudaba entre la ruina económica o la pérdida de su credibilidad a la hora de cumplir un compromiso verbal.
Poco a poco, los usos comerciales cambiaron, se sustituyeron esas prácticas por la firma de contratos, letras y pagarés.
El respeto que testimoniábamos por el contrato verbal lo extendimos a la palabra escrita, hasta que comprendimos que una casta emergente, hijos de la burguesía cultiparla, se había especializado en interpretar y devaluar los compromisos escritos, porque sabían redactar contratos donde una coma cambiaba el sentido de las frases que creíamos nítidas.Y tuvimos que aprender a leer aguzando la comprensión, porque ese conocimiento gramatical hizo rico al abogado y al comprador que arruinaron a nuestros ancestros.
Luego, cuando los profesores y los programas de estudios dejaron creer que las reglas sintácticas y gramaticales son opinables, modas que pueden cambiar y variar sin menoscabo, supimos que nos estaban preparando para ser engañados y manipulados, para ser incapaces de comprender el valor y el significado de las frases, e incapaces de diferenciar al estafador de quien merece credibilidad. Una parva de botarates de una verborrea sin fuste ni base, escribió libros de Filología, de Semántica y de ficción con la misma falta de rigor, instituyeron el desbarajuste, y dan hoy fuerza normativa a la ignorancia.
Hemos llegado a ese momento fatídico en el que la denuncia pormenorizada de la estafa que cometen los que deberían ser máxima garantía, tribunal de última instancia del lenguaje, exige un grado de pundonor y heroicidad quijotesco, porque el común de los estudiosos con diploma universitario fueron adiestrados para valorar qué cargo, titulación y aplauso ostenta quien expone sus conclusiones. Y son incapaces, por lo tanto, de analizar con rigor, honestidad intelectual y criterio propio, las ideas.
Los escritores y los filólogos, alabados por la crítica y honrados con un sillón en la Real Academia Española, confunden el uso de las proposiciones en, desde y con, y el significado de entender y comprender, de oír y escuchar, de mirar, ver y percibir, y desconocen la función del modo y el tiempo verbales.
Los estudiosos que medran cerrando los ojos y el entendimiento para recibir la aprobación de quien paga su complicidad en el fraude, nos explican que eso no es lo que importa a la hora de valorar un texto".
Tomado de: LA GRAN ESTAFA.; de Manuel García Viñó; Ediciones VOSA, SL.

1 comentario:

Gatopardo dijo...

Este artículo es una reseña del libro de García Viñó, publicada en Gatopardo-bitácora con el título "LA GRAN ESTAFA. ALFAGUARA, PLANETA Y LA NOVELA BASURA"; de ningún modo forma parte del contenido del libro, como dice usted.

Ruego ponga el preceptivo enlace directo a mi artículo:

https://gatopardoblog.wordpress.com/2019/09/14/la-gran-estafa-alfaguara-planeta-y-la-novela-basura/

Saludos cordiales