Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






lunes, 23 de julio de 2007

ROJO

Somos un grupo de amigos: Luis, Sergio. Adry, Pam, J.P. y yo. Nuestras edades son muy diversas, nuestros gustos y trabajos bastante distintos. Pero lo que nos mantiene unidos es eso: nuestra diversidad.
Cuando nos reunimos, bastante seguido diría yo, hablamos de todo: nuestros trabajos, nuestras broncas, sus posibles soluciones, bromeamos, jugamos, nos reímos mucho, nos quedamos callados mirándonos, hasta que alguno de nosotros no se aguanta y suelta la risa. Nos pasamos buenos ratos juntos. A veces, cuando al parecer no hay nada qué hacer, alguien "toma la voz cantante" y sugiere un tema, cualquiera, y de ese tema empezamos a hablar lo que sabemos, lo que no, divagamos, preguntamos. Aprendemos.
Ayer estábamos en casa de J.P. esperando a Pam. Queríamos salir juntos, no sabíamos bien a dónde, pero queríamos salir. Adry recibió entonces un mensaje en su cel:
mientras llego ¿por qué no hablan del ROJO? Me acabo de comprar un vestido de ese color. Pam.
Todos pusimos cara de circunstancia. Y nos pusimos a esperar. Y seguimos el consejo: hablamos del Rojo.
-- A mi me sugiere muchas cosas, dijo Luis. El amor, el corazón, la pasión...
-- Pues a mí no me gusta, dije yo
-- ¡Ay! ¡qué bonito!, terció Adry. Yo lo asocio a San Valentín
-- Pues el rojo es el color usado por MacDonalds y por Coca-Cola en sus logos, dijo Luis. Aparte de que hay manzanas rojas, y rojo te pones de ira.
-- Pues yo pienso que el sol es rojo, dijo tranquilamente Sergio. Y vino el asombro de todos.
-- ¡Qué te pasa! El sol es amarillo, le dijo J.P.; a lo más, anaranjado
-- No, no, Es rojo. Por las mañanas, cuando amanece, parece rojo..., o más o menos, volvió a decir Sergio calmadamente
-- No. No. Intervino Luis. Puede teñir el cielo de rojo ¡pero ser rojo!... Bueno, posiblemente en las tardes, cuando se pone...
Parecía que las cosas ahí no terminarían, cuando Adry nos dijo los fragmentos de un poema:
-- Al rojo de la tarde
se eleva una silueta
murmura una tonada
la llave está en la puerta
sentada y casi a oscuras
tocando el piano
hasta el final...
-- ¡Bravo, bravo!, le aplaudimos con entusiasmo. ¿Es tuyo? ¿o de quién?
-- Pues yo digo que el rojo es el color de la realeza, y rojo también hay en los semáforos, y es uno de los colores de la bandera nacional, y de rojo cinabrio cubrían a algunos muertos en el Neolítico
-- ¡Ya! me paró en seco J.P. No nos vengas ahora con tus gotas de sabiduría.
-- Bueno, pero yo nada más quiero añadir que hay una canción ranchera que se llama "Cielo Rojo"
-- Si, sí, dijo Sergio. Y se puso a cantar.
En eso estábamos cuando llegó Pam enfundada en su vestido rojo. Se veía hermosa.
Sergio, Luis y J.P. no pudieron disimular su admiración y la sonrisa en sus labios la evidenció. Adry y yo la miramos, nos miramos y no tuvimos más que reconocer que nos daba "envidia de la buena".
Pam sonreía y se dejaba observar. Luego nos dijo
-- Bueno, ya llegué. ¿ a dónde vamos? Nadie contestaba. Vamos al Casino de la Feria ¿no? Un rato nada más.
Nadie dijo sí. Ir al Casino de la Feria de San Marcos no era exactamente lo que queríamos. Muchos de los que vivimos aquí, en Aguascalientes, es lo menos que queremos hacer en el tiempo que dura la Feria. Por lo tanto, la idea no nos gustó. Pero como no hubo otra sugerencia, ahí vamos.
Nos subimos al vocho rojo de J.P. y enfilamos por Circunvalación rumbo al Casino.
Al llegar, compramos nuestras fichas y fuimos a la Ruleta. No había mucha gente, así es que nos acomodamos en torno a una mesa y nos pusimos a jugar. Poníamos fichas en un número, en otro, y perdíamos. Una ficha aquí, otra allá, y perdíamos. Hasta que Pam nos dijo
-- Pónganle todo al rojo, sólo al rojo. Van a ver que sí ganan. ¿Y ya vieron? Mi vestido es del mismo tono de rojo. ¡Pónganle al rojo!
Y eso hicimos. Ahí va todo al rojo.
-- No va más, oimos. Y empezó a girar la bolita. Ansiosamente la mirábamos y mentalmente repetíamos "rojo, rojo, rojo" ¡Y cayó en rojo!
No ganamos mucho, pero nos repusimos, y así salimos con la misma cantidad de dinero con la que habíamos entrado.
-- Ya ven, dijo sonriendo Pam mientras caminábamos. El rojo nos trajo suerte, Háganme caso. Y sonreía. Y se movía alegremente al tiempo que los faldones de su vestido rojo se agitaban suavemente dejando ver a momentos sus piernas bien torneadas.
Nos metimos luego a un sitio a tomar algo. Pero ese sitio fue elegido porque sus manteles eran de color rojo. Estuvimos ahí un rato riéndonos de nuestra suerte, brindando por ese momento, sintiéndonos en verdad a gusto.
Decidimos irnos a casa de Adry a ver una película. Nos subimos al vocho rojo y fuimos a rentar algo, a comprar palomitas y refrescos.
¿Qué escogimos? No supimos verdaderamente. Sólo llevábamos una idea: película que tenga como título algo de "rojo". Así lo dijimos al encargado y él nos entregó una película que se llama "Rojo Amanecer". Luis y Sergio pusieron cara. Dijeron que no les gustaba. Pero nosotros no les hicimos caso. Argumentamos que el rojo había sido esa tarde algo bueno para todos y que iba a estar muy bien terminar ese día con una película que llevase ese color en el título. Ellos ya no dijeron nada.
En casa de Adry nos preparamos nuestras palomitas, pusimos los refrescos y nos acomodamos para ver la película.
"Rojo Amanecer" es una película que trata sobre el 2 de Octubre de 1968 en Tlatelolco.
Ese "Rojo..." nos puso muy tristes.
M. Alonso


NOTA: Esto que acabo de escribir no hubiera sido posible sin la ayuda de otros que me dieron ideas, y yo las tomé. Gracias.
Además, ellos también publicaron algo con el tema "ROJO"
Y por si te interesa saber cuáles fueron estas ideas, ve a


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