Este año decidí utilizar el internet para enviar esta carta.
Sé que están muy ocupados, y más a esta hora, pero sé que mi carta llegará a tiempo y será leída.
De todos modos, dejaré una copia de ella en mi zapato hoy en la noche, antes de irme a dormir y junto al Nacimiento que está puesto en la sala de mi casa.
Melchor, Gaspar y Baltasar, quiero que me traigan este año:
1) para mí, quiero una Estrella, como ésa que los guió a ustedes al portal de Belén. Y no es por tener una estrella. No. Es por tener una guía. ¿Saben?, a veces a nosotros, los adultos, se nos pierde el camino, y andamos por ahí, errantes, sin brújula, sin destino... Es por eso que pido una estrella. Sólo para levantar la mirada al cielo y ver que ahí está; sonreir y seguir adelante, aunque ya no tenga ganas. Porque esa estrella me recordará que vale la pena el camino emprendido. Que vale la pena llegar.
2) para otros adultos como yo, para mis amigos y, obvio, para mi, quiero que traigan esos recuerdos gratos de la infancia, esos que nos hicieron sonreir una, muchas veces, para que simplemente, volvamos a reir con ganas y a recordar que "hay que ser como niños": felices, simples, alegres, sonrientes, sin complicaciones.
3) para los niños que conozco (y para los que ya no son tan niños) quiero que traigan ese juguete que mueve la imaginación, que hace que se inventen nuevas historias, que hace que la mente viaje sin límites, que con sólo verlo mueve a la felicidad ¡Vieran cuánto lo necesitamos...!
Gracias de antemano por traerme lo que pido.
Les recuerdo que durante el año pasado me he portado bien.
M a r g a r i t a V i c t o r i a
P.D. En la mesa del comedor podrán encontrar unas galletas que hemos preparado para ustedes y que son para que coman algo en esta noche. Para su caballo, su camello y elefante hemos dejado agua, alfalfa, cacahuates y zanahorias y terrones de azúcar; ellos también necesitan algo para seguir su camino.
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