Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






miércoles, 7 de abril de 2010

REINVENTANDO LA VIDA

Sarita Ordoñez oyó a un comentarista de radio decir que aunque uno no esté bien, siempre hay que decir que se está bien.
A Sarita esto le pareció, inicialmente, hipócrita; después, mentiroso y al final bastante alocado.
¿Por qué decir que se está bien, si esto no es cierto? Si uno se siente mal (de salud, de ánimo, de relaciones personales o laborales) pues simplemente hay que decir que se está mal. Punto. ¿Por qué engañarse y engañar a los demás?
Hay cosas, ella lo sabía, que no se esconden: el amor y el dinero.
Todo lo demás sí se puede esconder.
Y esta última reflexión la hizo volver a pensar: ¿no es mejor esconder que me está yendo mal de dinero, por ejemplo, y sonreir y decir que problemas económicos no tengo? ¿no es mejor decir que mi trabajo me divierte, aunque ya lo hago a fuerzas? ¿no es mejor decir que mi jefe es bueno, aunque en realidad sea una basura?
Así se fue al trabajo el día de hoy: sonriendo y pensando que la vida es buena, que todo marchará bien, que no habrá contratiempos. Y si los hay, pues quizá, sonriendo, sean leves.
Hoy me iré a trabajar pensando en estos conceptos.
E intentaré ponerlos en práctica.

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