Hoy utilizo esta imagen para escribir sobre lo que se le ha metido a la SEP entre ceja y ceja: formar lectores de 20 minutos.
Se oye en el radio, se ve en algunas noticias en la tele, se ven algunos espectaculares y anuncios en la paradas del autobús invitando mediante una foto de alguien importante (artista, locutor, cantante) más o menos conocido que está leyendo.
La invitación es a leer.
Sólo 20 minutos.
No más. No menos.
¿Y qué piensan? que con esos anuncios, ¿ya todos los que por ahí vamos nos pondremos a leer? ¿así porque sí?
Yo pienso que no.
Porque el hábito de la lectura, como muchos otros hábitos, se aprenden en la casa practicándolos y viendo a otros en la misma casa que los están haciendo. Y se refuerzan fuera de la casa. Y en el caso de la lectura, se refuerzan en la escuela.
Yo a mis alumnos no los veo leer.
Sí los veo, en sus tiempos libres, tener en sus manos el celular. Fíjate bien lo que escribí: tener en sus manos el celular, no pegado en su oreja y hablando por él.
Y una vez que entré a un grupo y y ví a la mitad de ese grupo ocupado cada uno con el celular en sus manos, lo único que comenté fue "Ojalá y lo que tuvieran en sus manos fuera un libro y lo estuvieran leyendo..."
Ojalá y deveras leyéramos, 20 minutos, o más o menos, pero que leyéramos libros.
Ojalá.
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