Si para algo no estamos preparados es para la muerte.
A pesar de que somos un pueblo que "se ríe" de ella, y nos la "comemos" en calaveritas de dulce y le hacemos a nuestros amigos y enemigos sus "calaveras", y buscamos caricaturas de ella, cuando la muerte llega nuestra familia, a nuestro entorno, nos cae de sorpresa.
Anoche murió mi Tía Tere.
Buena mujer de una paciencia enorme, de una sonrisa constante, de una voz dulce y melodiosa que hoy resuena en mi memoria, delgada, morena, siempre presente en nuestras vidas, hoy como respuesta a todo eso, no puedo estar presente con ella en este momento.
Ella, que me ve desde el buen lugar en el que estoy segura ya está, me dirá "No importa, Vickita, a veces no puede estar uno en todos los lugares" y reirá.
A pesar de que somos un pueblo que "se ríe" de ella, y nos la "comemos" en calaveritas de dulce y le hacemos a nuestros amigos y enemigos sus "calaveras", y buscamos caricaturas de ella, cuando la muerte llega nuestra familia, a nuestro entorno, nos cae de sorpresa.
Anoche murió mi Tía Tere.
Buena mujer de una paciencia enorme, de una sonrisa constante, de una voz dulce y melodiosa que hoy resuena en mi memoria, delgada, morena, siempre presente en nuestras vidas, hoy como respuesta a todo eso, no puedo estar presente con ella en este momento.
Ella, que me ve desde el buen lugar en el que estoy segura ya está, me dirá "No importa, Vickita, a veces no puede estar uno en todos los lugares" y reirá.
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