Leí esto y mi sorpresa ha sido mayúscula:
LA PIEDRA PERDIDA.
El pasado 23 de septiembre, el presidente
Felipe Calderón colocó la primera piedra de lo que será el Arco Bicentenario. No es una piedra cualquiera, es de obsidiana prehispánica. El problema es que la piedra ya no está en donde fue colocada por el Primer Mandatario.
Nadie sabe en dónde está la piedra, como nadie sabe en dónde está el proyecto de celebración del bicentenario de la Independencia y del centenario de la Revolución.
El contrato para la celebración sería entregado a un empresario australiano. Luego cambiaron de opinión y al parecer siempre sí se lo darán a él, aunque no se sabe si por asignación directa o mediante licitación.
Las autoridades nos deben muchas explicaciones.
Ya ahora hasta las piedras, de semejante tamaño, se roban. ¿Quién se las roba? ¿Para qué?
Bueno, yo misma me digo, si nos robaron una isla hace varios años, y nadie ha dicho nada. Si nos han robado millones de dólares en fugas de divisas que nadie explica. Si nos han robado litros y litros de gasolina, petróleo y gas con tomas clandestinas en cualquier parte del país, me asombro ahora de que se hallan robado una piedra de obsidiana.
A muchos ya les han robado no sólo sus pertenencias en la micro, al salir del banco o al entrar a sus casas y trabajo, sino también sus expectativas, sus ilusiones, su futuro con estas políticas que día a día se tejen en nuestro sistemas de representación (federal, estatal, municipal).
Quiero saber dónde está todo eso.
De perdida, devuélvanlo a sus originales dueños.
Texto tomado de: Caso SME descubre un gran vacío jurídico, de José Contreras; en La Crónica de Hoy; Lunes 12 de Octubre (versión de internet)
Foto tomada de: "El Porvenir.com"; Miércoles 23 de Septiembre de 2009
1 comentario:
¿Dónde está mi país? ¿junto al río o al borde de la noche? ¿junto al pan o al borde de la sombra? ¿en un pasado del que no hay que hablar o en el mejor de los agüeros? ¿dónde? ¿dónde?...
Benedetti
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