Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






lunes, 31 de mayo de 2010

SOBRE LO QUE HACEMOS

Leí hace rato en un blog que sigo un post titulado "¿Misión cumplida?...", lo que me lleva a escribir sobre la calidad en lo que hacemos.
La calidad, pienso yo, incluye no sólo el hacer las cosas, sino hacerlas cada vez mejor. Y si no se hacen mejor, al menos hacer lo mismo pero más rápidamente, de manera más eficiente, de manera más pulcra.
Y viene a mi mente también un anuncio de televisión que ponen en la tele abierta en donde sale el entrenador de la Selección Nacional de futbol, a mitad del Paseo de la Reforma, teniendo como fondo la Columna del Ángel de la Independencia y diciendo "ya es hora de pasar del sí se puede al ya se pudo" (¡Oh!, ¡gran frase! Por favor, ¡escríbanla por ahí en nuestras memorias de los festejos del Bicentenario! Ojalá y no se les vaya a olvidar).
Y recuerdo que anoche en una entrevista de televisión a Rodolfo Neri Vela, el primer astronauta mexicano, oí decir a quien lo entrevistaba que ya estaba bueno de ensalzar y apoyar a una selección de futbol de perdedores y dejar en el olvido a los mexicanos que le han dado lustre al país.
Sí.
En México, parece, que no nos importa la calidad. Parece que no nos importa lo bien hecho. Y debe ser porque nos meten hasta el cansancio la idea de "haz tu mejor esfuerzo".
¡Nada...! ¡qué...! No hay que hacer el mejor esfuerzo. Hay que hacer las cosas bien ¡y ya! porque simplemente para algunos, (yo diría que para muchos) su mejor esfuerzo es bastante menor.
Y si no, que vean lo que consiguen.

miércoles, 26 de mayo de 2010

HACE MUCHO CALOR

─ Hace mucho calor─ dijo Remedios abanicándose nuevamente.
Su pelo se movía tan rápido como ella movía el abanico de palma que había comprado en el pueblo anterior. Lo había comprado por la explosión de color que vio en él: amarillo, azul, rosa, verde, blanco, entrelazados con finas líneas negras que separaban no sólo cada color, sino que hacían que resaltaran más las combinaciones.
─ Mira, Humberto, vamos a sentarnos por allá, debajo de aquel roble. Camina rápido, Remedios, si no nos ganan el lugar en la banca─ les apuró casi gritando Doña Enedina, tía de ambos, a quien sus ya sesenta años parecían no hacerle mella.
Remedios y Humberto siguieron a la tía. Ella, jadeando llegó primero al banco en medio de la plaza del pueblo, ahora con poca gente porque no era precisamente la hora en que salieran algunos a pasear.
No era tampoco día de fiesta. Así es que ni siquiera había por qué apurarse. Pero Doña Enedina, siempre corría para todos lados, llegando primero que nadie, ganando los lugares, y mostrando por ese simple hecho una sonrisa tan grande y satisfactoria que a cualquiera contagiaba.
Pero no hoy a Humberto y Remedios.
Ellos estaban más que cansados, agotados por el calor.
Habían accedido a visitar a la tía en su lejano pueblo porque simple y llanamente ella les había ya llamado mucho por teléfono quejándose, muy amablemente, del abandono en que la tenían ellos, hijos ambos de su hermano mayor ya muerto. Y aunque el resto de la familia, siempre veía por ella, Enedina quería ver y estar con sus sobrinos. Por eso les llamaba tanto. Ellos accedieron a ir ese fin de semana, y se arrepintieron demasiado pronto.
Al parecer, la época no era la mejor. Hacía mucho calor.
El pueblo de Doña Enedina estaba emplazado en la Sierra Gorda y la altura del lugar lo hacía demasiado caliente para esa época.
Bellísimo lugar sin mayores pretensiones su plaza principal, pequeña, con un kiosko en el centro y varios bancos a su alrededor, lucía siempre limpia y hermosa rodeada no sólo de árboles añejos y frondosos, sino también se veían un par de arcadas con los comercios típicos del lugar: un restaurant bastante modesto, el hotel, una zapatería, una mercería, un par de tiendas con pocas artesanías y un puesto de periódicos. Cerraba en un ángulo muy bello, una farmacia bien iluminada la entrada a la plaza. Enfrente, el Palacio Municipal y al otro lado, la iglesia.
Doña Enedina se sentó muy propia en el banco y saludo con una sonrisa a quien por ahí pasaba.
Empezó a subírsele el color, cosa que advirtió Remedios demasiado pronto y la abanicó. Doña Enedina seguía sonriendo, pero era evidente que lo hacía con mucho esfuerzo. Remedios la siguió abanicando un tanto asustada
─ ¿Qué te pasa, tía? ¡Estás muy colorada! ¿Quieres que Humberto vaya a comprarte un agua, un refresco...?
─ Sí, yo creo que sí. Ve rápido... y traime un refresco....

Humberto se fue corriendo y trajo luego luego el refresco que Doña Enedina bebió con gran apuración. Terminó y sonrió.
─ Tía, ¿ya te sientes mejor...?─ volvió a preguntar Remedios que no dejaba de abanicarla
Sí. Doña Enedina ya se sentía mejor. Era obvio que lo estaba puesto que había ya recuperado su color y seguía sonriendo.
Pero de pronto, Remedios y Humberto se miraron muy consternados y clavaron sus ojos en la cara regordeta de la tía, que seguía felizmente sonriendo.
─ Tía, ¿te sientes bien?
─ Sí, claro; ¿por qué preguntas? Ese refresco que me acabo de tomar me ha caído muy bien. Sí que me bajó el calor...
─ Pero tía, ¿estás bien...?
─ Sí, deveras que sí. Mírame. No sé por qué preguntas
─ Pues porque tú no puedes tomar refresco. Eres diabética, hipertensa y aparte, tu osteoporosis y tu gordura no permiten que tomes refresco... ¡Perdónanos, tía! No nos acordamos. ¡Ay, Humberto! Ojalá y no le vaya a hacer daño. Habrá que llevarla con el doctor...
─ No, ¡qué doctor, ni qué doctor!─ dijo Doña Enedina. ─Yo no voy. Siempre me está prohibiendo las cosas y él no entiende que cuando hace tanto calor, lo mejor que hay es un refresco. ¿verdad...?
Remedios y Humberto abrazaron a la mujer, que sonriendo, los llenó de besos, de sonrisas, de amor.

jueves, 20 de mayo de 2010

LOS JUEVES

Desde hace un par de años, creo, se volvieron los días jueves mi cita obligada con la computadora, con el internet, con el blog.

Desde hace varias semanas, si mal no recuerdo tres, el jueves, según veo, ha pasado tristemente al olvido.

Aquélla idea de escribir semanalmente con un mismo tema, ¿será que se ha olvidado? Esa idea que se tuvo entre tres o cuatro personas con un blog cada una y la publicacón semanal de un tema suponía, cada semana, un reto interesante.

Hoy eso parece ser cosa del pasado.

Igual y ya no interesa. ¿O será que nuestras múltiples ocupaciones han tomado un nuevo rumbo que impiden tener un poco de tiempo para el blog y el hecho de "postear" semanalmente?

martes, 4 de mayo de 2010

EL PUENTE

Maravillosa idea tuvieron nuestros nunca bien ponderados legisladores en aprobar "el fin de semana largo".
No sé a quién se le ocurrió esto. Sé que es una costumbre norteamericana, sólo eso sé.
Y pues ahí se pusieron nuestros legisladores a copiar a los norteamericanos en esta costumbre.
También sé que tiene como fin fomentar el trabajo para no romper con un día de asueto la semana laboral y seguir con la producción. Tiene asimismo como fin fomentar el turismo y por consiguiente el consumo y apoyar por tanto, la producción.
Y es en esto que nuestros legisladores pensaron que pudiéramos también copiar a los norteamericanos.
Sí, ¡qué bien!
Pero nuestros preclaros legisladores no pensaron en los mexicanos y una serie de costumbres ¡tan arraigadas! y también tan queridas que tenemos, como por ejemplo, buscar los "puentes" que se tienen cada año.

Es un ritual muy extendido que cuando inicia el año, se revise el calendario para contar los "puentes" que se tendrán: que el de Reyes, el de la Bandera o la Constitución, de la Semana Santa, del Natalicio de Juárez, el del Niño, del Trabajo, del 5 de mayo, de las Madres, del Maestro, de la Independencia, de los Muertos, de la Revolución, de la Virgen, de Navidad, de Fin de Año. Y para todo esto no importan nuestra religiosidad, creencias, o ignorancia sobre los festejos.
Lo que importa es buscar el "puente", o sea, un día obligatorio de asueto y otro de trabajo que se junte con algún día de descanso para descansar más.


lunes, 3 de mayo de 2010

LA MANCHA DE PETRÓLEO

Esta noticia tendría que ponernos a todos en alerta sobre las implicaciones de tomar de donde sea lo que queremos sin darnos cuenta de los riesgos y las implicaciones que ello supone. Un derrame de petróleo es algo catastrófico. Más catastóficas son sus consecuencias.
La marea negra mancha las costas de Louisiana
1 Mayo 2010 AFP, EFE, Reuters y AP
(El derrame de crudo provocado por una plataforma británica, en el Golfo de México, puso también en alerta a Florida)
NUEVA ORLEÁNS— El derrame de crudo en el Golfo de México alcanzó las costas de Louisiana, amenazando en convertirse en una de las peores catástrofes ecológicas de Estados Unidos. La marea negra tuvo su origen debido a que la plataforma Deep Horizon, del grupo británico British Petroleum (BP), se hundió el pasado 22 de abril, dos días después de una explosión con posterior incendio que dejó 11 trabajadores de BP muertos.
La noche del jueves la tragedia tocó los islotes exteriores del delta del río Mississippi.
La superficie de la mancha negra es de mil 500 kilómetros cuadrados. El fracaso en los esfuerzos por tapar el hoyo a más de mil 500 metros de profundidad ha permitido un escape de aproximadamente 800 mil litros diarios de crudo.
El gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, declaró ayer el estado de emergencia en la zona costera, al igual que lo hizo el gobierno de Florida.
“Debemos tomar las “precauciones oportunas para proteger nuestros recursos naturales, playas y otros ecosistemas, así como el bienestar general del estado”, dijo Charlie Crist, gobernador floridano en un comunicado.
Mientras el presidente estadunidense, Barack Obama, ofreció “todos los recursos disponibles”, incluyendo los militares, para evitar una catástrofe ambiental. “Estamos plenamente preparados para cumplir con nuestras responsabilidades con las comunidades afectadas”, expresó el mandatario en un mensaje en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca.
El derrame fue declarado el jueves desastre de importancia nacional, lo cual supone recursos federales de ayuda. El anuncio estuvo precedido por una nueva fuga de petróleo, que vierte al mar “más de cinco mil barriles por día”, según el gobierno de EU, que ya envió dos aviones Hércules C-130 al Golfo de México y que están a la espera de recibir órdenes para empezar a rociar químicos sobre la mancha que amenaza a Louisiana.
La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, insistió en que BP, que arrendaba la plataforma de prospecciones, es responsable del derrame y le exigió reaccionar rápidamente.
A eso respondió la firma británica: “Estamos asumiendo total responsabilidad por el derrame y lo limpiaremos, y honraremos a toda la gente que pueda presentar reclamaciones legítimas por los daños”, dijo Tony Hayward, presidente ejecutivo de BP.
Una flotilla de guardacostas y de BP logró cercar con barreras flotantes parte de la napa para prenderle fuego y evitar que alcanzara la costa. Pero incendiar la mancha trae más problemas ambientales, por las nubes de humo negro tóxico que despide y los residuos aceitosos que deja en el mar. Texas y Alabama también temen que la marea contamine sus zonas pesqueras, cruciales para la economía local.
Por su parte, el estado mexicano de Veracruz se declaró en alerta por la mancha de crudo. “Estamos en alerta, es una posibilidad que en los próximos días se pueda recibir en las costas de Veracruz algo de este crudo”, dijo el gobernador Fidel Herrera.
Ante el desastre en el Golfo de México, la Casa Blanca puso alto a todos los proyectos petroleros mar adentro hasta conocer las causas del accidente en la plataforma que causó el derrame.
La marea negra es cinco veces más grave de lo que se había pensado. Obama ordenó al secretario de Interior, Ken Salazar, que le presente un informe en 30 días sobre las salvaguardas necesarias para evitar futuros derrames.
Tomado de: Excelsior OnLine, 1 de Mayo de 2010

domingo, 2 de mayo de 2010

sábado, 1 de mayo de 2010

RECORD

Nunca es triste la verdad...
Lo que no tiene es remedio.
J.M. Serrat


Navegando por ahí, he encontrado blogs que llegan a tener 5, 7, 15 comentarios.
A mí se me hacen muchos.
Lo que demuestra también que quien publica tiene muchos seguidores que de alguna manera están al pendiente y se toman el tiempo de dejar algunas palabras. Se toman el tiempo de hacer del conocimiento de quien escribe que han estado por ahí.
He visto un blog que tenía ¡115 comentarios! en una entrada. Eso sí que es tener capacidad de convocatoria. Seguro que quienes lo siguen deben estar esperando ansiosos lo que por ahí pueda aparecer. He pensado que eso es un record.
Yo también hoy he batido mi propio record: 14 entradas ¡y ni un solo comentario!