─ Dicen que el nombre marca. Que te llamas como te tienes que llamar. O dicho de otra manera, que al ponerte tus papás un nombre, te dan ciertas características que lleva implícito ese nombre. Esto es, el significado de tu nombre, te hace ser.
─ No, no lo creo...
─ Sí, cómo no. Y si no fuera así, ¿por qué crees que antes se elegían nombres de acuerdo al calendario cristiano...? Pues para que te ayudara ese santo, o deseando que tuvieras alguna de las características que lo habían hecho ejemplar.
─ Pues yo no lo creo─ y dándose media vuelta, se fue.
Yo regresé a casa, pensando en esa conversación y me dediqué a buscar los significados de algunos nombres que me gustaría que llevara el bebé que esperaba Berenice.
Ya sabía yo que poco caso me iban a hacer tanto ella como su marido, pero por intento no iba a quedar. En una de ésas y tomaban en cuenta mis sugerencias.
Busqué en un libro de heráldica que mi abuelo nos había heredado. Y también hablé con una amiga que tenía un gran diccionario con el significado de los nombres en varias lenguas y le pedí el libro prestado. Ella accedió de inmediato e incluso se ofreció a prestarme dos más que por ahí tenía.
Empecé a buscar el significado de varios nombres: María, Ángeles, Carolina, Bertha, Carlota, Ximena, Guadalupe; Joaquín, Santiago, Jorge, Francisco, Juan. Luego me fui a los nombres en náhuatl: Xóchitl, Mextli, Cuauhtli, ... y no me gustaron. Luego, en árabe, en inglés, en ruso, en catalán.
¡Era demasiado!
Y pensé: ¿por qué no poner los nombres de las abuelas o los abuelos, como se hacía antes? ¿o el de la tía muy querida, o aquél que llevan todos los varones (o las mujeres) de la familia del papá?
¡Nada más faltaba que le quisieran poner el nombre del artista de moda!, o el del futbolista goleador de esa temporada, queriendo significar su admiración por él (o ella).
Y buscando significados de los nombres, mejor me puse a buscar lo que significaban aquéllos que llevaban mis amigos, mis conocidos, hasta mis vecinos para así corroborar mi dicho "dicen que el nombre marca".
Encontré coincidencias muy interesantes. Y también cosas bastante absurdas que aquí no escribiré.
También me di cuenta de algo: que los seres humanos somos muy dados a buscar significado a todo: empezamos con los nombres, seguimos con las miradas, las intenciones, los colores, las flores, las actitudes, los sueños, las letras, los días, los números, las palabras.
Y me queda la pregunta: ¿qué no nos basta la vida que a diario llevamos, para irle buscando otro significado que quién sabe si realmente tenga?