Dubito, ergo cogito, ergo sum
Descartes






domingo, 22 de abril de 2007

VESTIDOS DE NEGRO

Alma Díaz entró rápidamente, antes de que se cerrara la puerta, al vagón del Metro. Pensó que ya no alcanzaría este tren, pero ¡lo hizo!
Buscó un lugar. Recorrió con la mirada. No había donde sentarse. De hecho, parada se podía ir cómodamente, pero se quería sentar pues sentía una pequeña molestia en sus pies y manos, inexplicable. Es más parecía que flotara, hecho que le pareció extraño.
La verdad, a las 6:15 de la mañana, en un vagón de Metro, difícilmente hay dónde sentarse. Y difícilmente, también, se puede poner cara de "algo me duele, compadézcanse de mi y cédanme su asiento" ¿por qué? Pues porque casi todos los usuarios van dormidos y lo único que ven son sus sueños (si es que les alcanza el tiempo de verlos, digo yo, en los pocos minutos que puede durar su trayecto).
Volvió a recorrer con la mirada a los pasajeros, muchos dormidos, y se percató de algo. ¡La mayoría vestían de negro! Pantalones, camisas, chamarras, vestidos, medias, zapatos,calcetines, suéteres, bolsas... Todo negro. Sólo dos mujeres traían otro color: una de ellas una chamarra roja y otra, unas zapatillas cafés. Sólo ellas. Y entonces se preguntó: ¿estará de moda el color? ¿no tendrán otra cosa que ponerse? ¿se pusieron de acuerdo? ¿se los piden en sus trabajos o escuelas? o la ropa de ese color ¿es más barata? ¿es más elegante? ¿"viste" mejor? Eran demasiadas preguntas para tan poco tiempo.
De pronto recordó que se tenía que bajar. Intentó ver a qué altura de su viaje iba. Se agachó un poco a mirar por las ventanas del vagón y ¡oh sorpresa! no conoció el trayecto.
Volvió a mirar ¡y nada! "Qué raro", pensó "he recorrido esto tantas veces que podría jurar que casi llego al lugar donde debo salir. A ver, va de nuevo: ¿en dónde voy?" Miró otra vez y le pareció desconocido el trayecto. Empezó a inquietarse, pero la verdad, prefirió preguntar a una de las pasajeras
Esta mujer, tranquilamente le respondió: "Vamos bien, no se preocupe. Vamos a sepultar a Alma Díaz."

viernes, 13 de abril de 2007

LAS PEQUEÑAS COSAS

Uno se cree
que los mató el tiempo y la ausencia
pero su tren
vendió boleto de ida y vuelta

Son aquellas pequeñas cosas
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón, en un papel, o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás de la puerta
te tienen a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra
allá o aquí;
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando nadie nos ve
Aquellas pequeñas cosas
Joan Manuel Serrat

Llevo una semana con esta canción en la mente, repiténdola, cantándola en distintos tonos, con distintos tiempos, en distintas cadencias. ¿Por qué? Pues simplemente porque he empezado a mover esas "pequeñas cosas" con el pretexto de hacer limpieza.
Y fueron brotando esas "pequeñas cosas" no sólo de mi infancia, sino de mis tiempos en la escuela, de los tiempos de otros que se emparejaron a mi vida. Y me puse a sonreir. Y me puse a pensar en que fueron buenos tiempos.
No quiero decir con ello que estos tiempos que ahora vivo no sean buenos. Sí son realmente buenos.
Simplemente me puse a pensar en otros momentos. Y a pesar de sonreir por recordar cosas buenas, de pronto sentí que derramaba una lágrima, por ahí solitaria, nostálgica. Y volví a sonreir porque en realidad ¡nadie me vió llorar!

lunes, 2 de abril de 2007

LOS AMIGOS

Ver a dos muy queridos amigos el día de hoy ha sido para mi muy edificante.
Tenía yo mucho tiempo de no verlos. Aunque tenía yo poco tiempo de sentirlos cerca de mi pues de alguna manera me comunico con ellos.
Reímos un buen rato, nos comunicamos informaciones que consideramos importantes, nos asombramos de nuestras osadías, compartimos experiencias....
Y esto es lo más asombroso: la conversación, el rato, fluyó muy tranquilamente enmedio de hermosos edificios en el Centro Histórico. Y escribo que es lo más asombroso porque pareciera que nos estuviéramos viendo cada rato, cada día.
Porque esto al fin y al cabo son los amigos: aquéllas personas que están con nosotros, aún sin vernos, en cada parte de nuestra vida. Son aquéllas personas que nos siguen, no nos pierden la pista, no nos dejan ir porque simplemente, quieren estar con nosotros.
Gracias Elsy. Gracias Isaac. Gracias a ambos por ser, por estar ahí.